domingo, 8 de marzo de 2009
Gabriel Celaya
Educar es lo mismo que poner motor a una barca, hay que medir, pesar, equilibrar... y poner todo en marcha.Pero para eso uno tiene que llevar en el alma un poco de marino, un poco de pirata, un poco de poeta y un kilo y medio de paciencia concentrada.Pero es consolador soñar, mientras uno trabaja, que esa barca - ese niño- irá muy lejos por el agua.Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.Soñar que cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.
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3 comentarios:
Por dios, por dios, que fragmento tan tan tan de pirata... me encanta.
ME ENCANTA, y ya estoy con los moquillos... te lo copio, ¡ES PRECIOSOOO!
La que vale, vale ;)
Un Besazo, y genial tu cabecera, bueno, ya sabes, para halagarte ya tienes a tu tia, y con motivos ¡eh!
Belén :)
¡Hola!
Enarbolada la bandera, la pirata acude al rescateee, Sophie ;)
Ey tú, la de los tropecientos blogs y que nunca actualiza... ¿en qué zona de la geografía te hallas? jamía... y tan chica como eres (:
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